viernes, 17 de febrero de 2012

EL DOLOR EN EL PARTO. ELOGIO DEL DOLOR

El dolor del parto ha sido y continúa siendo un motivo de preocupación para muchas mujeres.  Sobre el mismo se han configurado miles de opiniones, y planteos que giran alrededor de la pregunta¿ es necesario que la “mujer sufra de esa manera”?.


El parto fisiológico está vinculado a la experiencia del dolor.  LA RAZÓN POR LA CUAL EL PARTO FISIOLÓGICO ESTÁ DESAPARECIENDO HOY EN DÍA, Y EL PORQUÉ TENEMOS TANTO MIEDO AL DOLOR, deben buscarse en el estilo de vida de nuestra sociedad. [1]


En la sociedad actual el dolor no es bien aceptado, el rápido desarrollo de la tecnología ha creado una falsa ilusión de bienestar y seguridad infalibles. El dolor es suprimido de todas las formas imaginables, y en todas las expresiones que se puedan dar en nuestro cuerpo. No se nos está permitido vivir con nuestras hormonas a flor de piel, las publicidades nos dibujan como locas. Nuestras menstruaciones hasta figuran de color celeste y todo está pensado para que “no se note” nada. Esa nada es nuestra esencia, nuestra sexualidad. Por supuesto el nacimiento no es la excepción a este paradigma dominante.

Por lo tanto deberíamos replantearnos el dolor, y entender su significado y sus funciones  en el parto.



Pariré con dolor, pero no con sufrimiento

El dolor de parto no es una agresión, ni el anuncio de un peligro sino la expresión más creativa del cuerpo femenino y necesitamos aprender a recibirlo de otra manera si queremos que llegue a completar su obra!

Entonces, para algunas mujeres las contracciones duelen, pero es un dolor en oleada, que va y viene. Fuera de la contracción, el dolor acaba, da tiempo para reponerse, y vuelve a comenzar. Aunque otras mujeres prácticamente no sienten dolor hasta el expulsivo. Y también muchas otras tienen mucho dolor en la dilatación y muy poco en el expulsivo. El dolor, como quien dice, es propio.

A la hora del expulsivo normalmente la cabeza del bebe va presionando y distendiendo los tejidos, abriéndose paso y, cuando esta abombando al máximo el periné, se siente como si quemara un “aro de fuego” en la vagina. Cada mujer es un mundo y cada parto es diferente. Y cada una arde en su propio hervor.

Pero una cosa es que duela y otra cosa es sufrir. Al diferenciarlos se comprende por qué algunas mujeres lo viven de modo insoportable, volviendo esta experiencia emocionalmente negativa al no incorporar el dolor; mientras que otras lo viven como una experiencia positiva, potente, que va a marcar de por vida una riquísima autoestima.


AUTORAS: Lic Obst. Silvia Corso y Lic. Obst. Ana Becu

Bibliografía:

-Acerca de la Fisiología en el Embarazo y el Parto. de Verena Schmid. Ed: Mujer Sabia Editoras.

-Conferencia de Dr. Michel Odent. Bs As Diciembre 2011.

-Partos alternativos. Parir sin sufrir. Alejandra Urroz

Proxima entrada: Las Funciones del Dolor

[1]  Verena Schmid, Acerca de la fisiología en el Embarazo y el parto.

lunes, 13 de febrero de 2012

ENCUENTRO FEBRERO 2012!

Parir es un proceso fisiológico e involuntario…
Te invitamos a compartir un espacio donde intercambiaremos dudas y experiencias. Hablaremos sobre parto fisiológico, planificado en domicilio, por qué es una opción saludable y segura.

Es necesario que redescubramos lo que es simple! Dr. Michel Odent

SABADO 18 DE FEBRERO DE 2012 A LAS 18 HS

Montevideo 1787
1 piso dto 4
entre Av Quintana
y Av Alvear
Recoleta, CABA


Los esperamos!!!!
confirmar asistencia enviando mail: natalia@naciendoencasa.com.ar
o llamando al 15-5494-7442
o 3533-1917

Encuentro abierto y gratuito!

martes, 7 de febrero de 2012

EL DOLOR DEL PARTO

Con esta introducción comenzamos este mes tres artículos para tocar  varios aspectos en relación al dolor del parto: su función; modos de vivirlo constructivamente y que pasa con la medicación y la anestesia. Esperamos que sean interesantes para ustedes:

“Muchas mujeres se preguntan durante la gestación y a veces antes de concebir un hijo, cómo van a pasar el dolor del parto. Esta preocupación se ha vuelto tan soberana que captura gran parte de la atención de la mujer y de los equipos de salud. En el transcurso de los años se ha intentado controlar ese dolor, adormecerlo o negarlo. ¿Podría ese dolor ser domesticado? ¿Podría establecerse con él otra relación?

Vivimos en una sociedad programada para huir del dolor, un dolor que visiblemente nos rodea, tanto más en la medida que es rechazado, ya que es ese rechazo el que instala el sufrimiento. La era tecnológica nos impulsa hacia un ámbito desvinculado de nuestros recursos internos. Hemos olvidado cómo escuchar nuestros cuerpos, recurrimos a la medicina sin preguntarnos qué es lo que nuestro cuerpo está tratando de decirnos. Es arriesgado creer que no hay sabiduría en él y solo tratar de corregir el malestar físico químicamente, antes que la conciencia tenga el tiempo de recibir el mensaje, de enterarse, de sentir, y poder darle una respuesta eficaz. Esta actitud profundiza el malestar y la desconfianza. […]

El dolor es una experiencia subjetiva, su percepción varía de una persona a otra y es diferente también según las culturas. El dolor forma parte de la experiencia humana. Es una vivencia tan personal que solo la mujer puede evaluar lo que representa para ella. ¿Con qué medios de sostén cuenta para hacer esa evaluación? ¿Cuál es el abanico de elecciones que se le presentan? ¿Es una elección constructiva que le devolverá el rol protagónico de poder y responsabilidad?

Nadie puede decirle a otro cuál dolor es capaz de sobrellevar. Lo mismo sería aplicable para negarle esa posibilidad. Centrar la discusión alrededor de la cuestión: “si puedo evitarlo ¿para qué voy a sufrir?” implica renunciar de antemano a la posibilidad de desplegar una visión que no excluya lo que se pierde cuando se prioriza lo que se gana.”

Jaqui Zieler, “El derecho al dolor”.