martes, 5 de julio de 2011

Un nuevo estudio descubre la relacion directa entre las vacunas y la mortalidad infantil

Paul Joseph Watson
Traducido por chemtrailsevilla.wordpress.com
Un impactante estudio recientemente publicado en una prestigiosa revista médica ha encontrado una relación estadística directa entre un elevado número de vacunaciones y tasas de mortalidad infantil en el mundo desarrollado, lo que sugiere que el aumento del número de inoculaciones obligatorias por las autoridades médicas a niños , particularmente en los Estados Unidos, y que administra un elevado número de vacunas también tiene un mayor número de muertes infantiles, de hecho tiene un impacto negativo en la salud.
El estudio titulado, tasas bajas de mortalidad infantil contra el número de vacunaciones administradas rutinariamente: ¿Existe una toxicidad bioquímica o sinérgica? , fue realizado por Neil Z. Miller y Gary S. Goldman. El estudio fue publicado en la respetable revista Experimental Toxicology journal, y fue indexado por la Biblioteca Nacional de Medicina.
Según su biografía , “Goldman era crítico de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), Vaccine, AJMC, ERV, ERD, JEADV y de la British Medical Journal (BMJ). También estuvo en el Consejo de Redacción, Investigación y Revisión de BioSciences. “
Miller, un periodista de investigación médica y Director del Thinktwice Global Vaccine Institute , ha estado estudiando los peligros de las vacunas durante 25 años.
“Los análisis de regresión lineal mostraron una alta correlación estadísticamente significativa entre el número creciente de vacunaciones y el aumento de las tasas de mortalidad infantil”, señala el estudio, agregando que los resultados exigen una investigación “esencial” sobre la correlación entre el número de vacunaciones, la toxicidad bioquímica o sinérgica y las tasas de mortalidad infantil.
A pesar de que los Estados Unidos administra el mayor número de vacunaciones a niños en todo el mundo desarrollado, 26 vacunas antes de cumplir el primer año de vida, su tasa de mortalidad infantil es más alta que otras 33 naciones, donde administran menos vacunas. El estudio ilustra claramente el hecho de que los países desarrollados que administran menor número de vacunas tienen menores tasas de mortalidad infantil, lo que sugiere una relación estadística directa entre la vacunación, los efectos secundarios y las muertes infantiles.
Por ejemplo, los dos países desarrollados que requieren que los niños sean inmunizados con una menor cantidad de vacunas, Japón y Suecia, también tienen las tasas de mortalidad infantil más bajas.
De los diez primeros países desarrollados con menor índice de mortalidad infantil, siete de los diez aparecen como los primeros en la tabla que administran un menor número de vacunas.
A pesar de que se administra un mayor número de vacunas, los Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad infantil más alta de todos los países desarrollados, con un promedio de 6,22 muertes por cada 1000 nacidos vivos. Los EE.UU. tiene una tasa de mortalidad infantil mucho mayor que Cuba y Eslovenia a pesar de gastar mucho más en el cuidado de la salud.
Haga clic en la imagen para verlo a mayor resolución.
La tabla de la izquierda muestra los países con la tasa de muerte infantil más baja en la parte superior de la lista. La tabla de la derecha muestra los países con el menor número de vacunas administradas en la parte superior de la lista. ¿Está viendo el patrón? Los Estados Unidos, que administra el mayor número de vacunas a niños en el mundo desarrollado, también tiene el mayor número de muertes infantiles por cada 1.000 nacimientos en todo el mundo desarrollado.
La correlación entre un mayor número de vacunas y las cifras de mortalidad infantil tiene un contexto más que siniestro si tenemos en cuenta el hecho de que durante la conferencia de Bill Gates en TED enfebrero de 2010, es un entusiasta defensor de los programas de vacunación, declaró abiertamente que las vacunas deben ser utilizadas para bajar población mundial en la búsqueda de la reducción de las emisiones de CO2.
Gates es un eugenesista declarado que se ha comprometido a reducir drásticamente la población del mundo en nombre de la lucha contra el calentamiento global. Esto es alarmante dado el hecho de que la Fundación Bill y Melinda Gates da fondos para la producción y distribución de vacunas en el tercer mundo.
Denunciando el hecho de que la población mundial se dirigía a 9 mil millones, Gates dijo: “Si hacemos un gran trabajo sobre nuevas vacunas, atención médica y en servicios de salud reproductiva, podríamos bajar esto en un 10 ó 15 por ciento.”
Gates siguió en el Festival de Ideas de Aspen en julio de 2010, Colorado, defendiendo los llamados “paneles de la muerte”, que implicaba que los pacientes ancianos sometidos a costosos tratamientos en el cuidado de su salud había que dejarlos morir gastando ese dinero en otra parte.
Como uno de los hombres más ricos del planeta, Gates se reúne regularmente con otros multimillonarios en secreto para discutir las maneras de reducir la población mundial. En su última confabulación, también asistieron David Rockefeller Jr, Warren Buffett, George Soros, Michael Bloomberg, Ted Turner y Oprah Winfrey, y tuvo lugar el 5 de mayo 2009 en la casa de Sir Paul Nurse, un bioquímico británico premio Nobel y el presidente de la la Universidad Rockefeller de Manhattan.
Los padres cada vez están mejor informados sobre los riesgos que plantea el número siempre creciente de vacunas que están siendo impuestas a sus hijos. El calendario de vacunación infantil en EE.UU. recomienda ahora que todos los niños deben recibir 26 dosis antes de que lleguen al primer año de edad. Una encuesta de Rasmussen realizada en agosto pasado encontró que el 52 por ciento de los estadounidenses estaban preocupados por la seguridad de las vacunas.
Los efectos secundarios de las vacunas, las lesiones y las muertes se han disparado , pero esto hace que el encubrimiento de la supervisión de la industria farmacéutica implosione, lo que lleva a más personas a rechazar las vacunas a nivel mundial con el conocimiento de que las inoculaciones están más estrechamente relacionados con el ánimo de lucro que en proteger la salud pública.
Fuente: Infowars

sábado, 2 de julio de 2011

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viernes, 1 de julio de 2011

DE QUÉ MANERA LA GLOBALIZACIÓN ESTÁ AFECTANDO EL PARTO Y EL NACIMIENTO

 por ecomaternal
Probablemente la mayoría de vosotros sabéis que Estados Unidos ha sido el primer país en la historia que ha eliminado la profesión de comadrona. Siguiendo el liderazgo de Estados Unidos, Canadá fue el segundo país, haciendo de la mayor parte del continente de América del Norte un territorio ilegal para el ejercicio de la profesión de comadrona. Sólo la barrera lingüística y las profundas diferencias culturales entre Estados Unidos y México protegió a las «parteras» mejicanas de este fenómeno. La aniquilación de la matronería fue un experimento social de carácter masivo que, durante un largo período, causó para las mujeres la pérdida de una fuente de conocimiento sobre las capacidades de sus propios cuerpos.
Generaciones sucesivas de mujeres norteamericanas no creían que podían dar a luz sin fórceps, analgésicos, hospitales, doctores y episiotomías. Por otra parte, ya nadie creía que la leche materna fuera buena, ya que muy pocos médicos sabían algo sobre la lactancia materna.
Siguiendo los consejos de sus médicos, las mujeres muy obedientes, alimentaron a sus hijos con leche de vaca, creyendo que esta alimentación produciría niños más sanos que los niños alimentados con su propia leche. Todos estos cambios radicales sucedieron en el mismo período en que las mujeres norteamericanas obtenían por primera vez el derecho de voto.
De hecho la matronería había sido ya destruida en EU y Canadá antes de que las feministas se dieran cuenta de cuán importante era una matronería fuerte y autónoma para proteger el conocimiento y la sabiduría de las mujeres en cuánto a su capacidad de parir y amamantar. Las feministas tenían en esa época muchas otras prioridades, por lo cual los temas ligados al nacimiento no emergieron durante un largo período.
Durante la primera parte del siglo XX, fue difícil para las mujeres darse cuenta de que no eran los hospitales y los médicos los que hacían que un nacimiento fuera más seguro que 100 años antes. No tenían consciencia de que eran las mejores condiciones sanitarias, el agua potable, las mejores vías de comunicación y de accesibilidad, junto con la técnica de transfusión sanguínea las que contribuyeron a reducir constantemente las tasas de mortalidad materna entre 1936 y los años 1970 y no el hecho de que 99% de los nacimientos fueran hospitalarios. Cuando las mujeres comenzaron a entender esto, reaccionaron en contra de la deshumanizació n de los partos hospitalarios, quedándose en sus domicilios para dar a luz con amigas que escogían para oficiar de comadronas. Este fenómeno cogió por sorpresa al cuerpo médico.
El movimiento de parto natural que comenzó en los años 60 demostró que las mujeres podían, mediante la organización y la acción directa resucitar una profesión que había sido despreciada y rechazada. Cuando mujeres norteamericanas -como fue mi caso-, descubrimos formas de aprender a ser comadronas, supimos que Europa y el resto del mundo no habían seguido el ejemplo de EU y que por el contrario, habían mantenido la profesión, y en el caso de los países más avanzados, habían formalizado la formación de comadronas.
Quizás no puedan imaginar cuán excitante fue para nosotras, en EU, saber y darnos cuenta que la matronería había sobrevivido en todas partes. Comencé a entender que las comadronas en Europa no habían sobrevivido en todos los casos con su profesión intacta. Por «intacta» entiendo con el tipo de autonomía que nosotras por lo menos en nuestro pueblo, consideramos necesaria. Pero con una profesión legal y aparentemente floreciente en todos los países europeos, pensamos que los europeos estaban más adelantados que los americanos y que habían evitado la pérdida de los conocimientos acerca del parto que habían sufrido las mujeres en EU y Canadá.
Esta pérdida del conocimiento que produjo un incremento tan importante de cesáreas y de partos instrumentados. Empecé a ser consciente de los efectos de la globalización en el nacimiento a través del mundo cuando leí acerca de cómo los grupos hospitalarios americanos compraban hospitales en cualquier país rico donde había hospitales para comprar. Este fenómeno me chocó y me preocupó, porque supone que estas empresas estaban lanzando sus tentáculos tan lejos como podían y -si la gente y los gobiernos se descuidaban- , las corporaciones americanas iban a influenciar la atención sanitaria en países que estaban actualmente brindando una mejor atención sanitaria que la que muchos ciudadanos americanos reciben.
De la misma manera que la firma MacDonalds se expandió en el mundo como una enfermedad contagiosa, así el estilo «MacParto» de atención a la maternidad empezó a remplazar mejores y más saludables sistemas locales de atención materno-infantil. La característica clave del modelo «Macparto» es la utilización frecuente de drogas farmacéuticas y de tecnología médica que genera ingresos a ciertas empresas. Digámoslo claramente: un alto porcentaje de partos sanos, naturales en cualquier país es una mala noticia para estas empresas. Sin embargo, esto es bueno para la salud pública, y esto es lo que debemos subrayar a la población, a los ministros de salud y a los gobiernos de nuestros propios países.
Las empresas no colocan a la salud pública entre sus prioridades. Nosotros lo sabemos cuando vemos el crecimiento incontrolado y la extensión de la biotecnología, de los alimentos y los medicamentos genéticamente modificados, la energía nuclear, los tratamientos hormonales substitutivos, la medicina de la fertilidad, la cirugía estética, impresionantes campañas de marketing para vender todo lo citado a gente que realmente no necesita de estos productos y servicios. Los beneficios son el único motor de estas empresas y debemos ser conscientes de ello.
El sueño de las empresas en cada país del mundo sería que las mujeres planifiquen la fertilidad desde su más temprana edad tomando pastillas anticonceptivas hasta que estén listas para tener una familia, que programen sus partos por cesárea precoz, que aquellas que quieran parir por vía vaginal deban justificar su opción, que la depresión postparto que resulte sea tratada con drogas, que todos los bebés sean alimentados con alimentos especiales, que las mujeres tomen hormonas durante la menopausia y continúen tomando por el resto de sus días.


Por todo ello, vale la pena estudiar lo que ocurrió en EU a principios del siglo XX, en un tiempo en el que las mujeres aprendieron a temer sus propios cuerpos. Cuando las mujeres respetan sus propios cuerpos y entienden como acceder a su química interna para facilitar el parto y la lactancia, las estrategias de marketing no funcionan. Es fácil difundir miedo a través de los medios de comunicación. Hollywood lo ha demostrado. Cuando analizamos el crecimiento de las tasas de cesáreas en la mayoría de los países europeos en las últimas dos décadas, debemos reconocer que las películas americanas y los programas de televisión tienen una gran responsabilidad en la difusión y el marketing de la tecnología en torno al parto y al nacimiento. Debemos ser muy creativos e inteligentes cuando ideamos estrategias para convencer a las mujeres de que sus cuerpos no son máquinas deficientes y que la manera más cara no es siempre la mejor manera. De lo contrario, el mundo de pesadilla que creamos nos destruirá a todos. Yo sugiero que hagamos el mundo para las generaciones futuras protegiendo el principio básico de las comadronas que creen que el cuerpo de las mujeres ha sido maravillosamente creado para realizar el acto de dar a luz y que enseñemos a las mujeres (y al público en general) cómo el parto institucional tiende a socavar la confianza de las mujeres en sus propias capacidades. Esta será una gran tarea, pero yo creo que es realizable.
Ina May Gaskin